Por Anon__Frog
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Este es un pequeño análisis que se hizo del fenómeno de la Alt-Right y que fue publicado en el número 79 (abril de 2017) de la revista Rébellion
“Soy un político del siglo XXI. En Facebook, Twitter e Instagram me siguen un total de 12 millones de personas. Y eso no es nada” (1)
Si el mayor truco que puede jugarnos la ideología es hacernos creer que ella no existe, eso significa que Donald Trump es el mismo diablo. Su discurso se presenta como una simple observación de la realidad que puede ser hecha por un niño de ocho años y que se encuentra lejos de cualquier concepción o intención oculta. “Si tienes un problema, entonces debes solucionarlo… ¿No es así?” El candidato Trump es aparentemente superfluo, representa la voz de quienes votan por él (algo que debería hacer cualquier buen candidato presidencial, especialmente cuando este tiene en su contra a toda la clase política y a los medios de comunicación). Sin embargo, existe algo terriblemente ambiguo detrás de la sonrisa y las proposiciones que sostiene el sentido común. ¿No sería este hombre… horresco referens, un fascista?
Un terreno fecundo
En la Convención Nacional Republicana de Cleveland, cuando fue aceptada formalmente la nominación de Trump y que él mismo ganó a pulso, él llegó a exclamar: “¡El americanismo, no el globalismo, será nuestro credo!”. ¿Americanismo? El término puede parecer bastante inocente, pero resulta increíblemente violento para la totalidad de los actores que conforman el Partido Republicano. Trump únicamente en ciertas ocasiones rinde homenaje a los fetiches habituales republicanos: la Constitución y la Biblia, y con esta simple palabra expresa la idea de que su país tiene una identidad única y desprovista de cualquier vocación universal; Estados Unidos es una nación entre muchas, ciertamente no la menos importante, pero de ninguna manera puede considerarse como la luz del mundo. Trump no nos proporciona una descripción detallada de lo que entiende por americanismo, pero en cambio sí nos dice a que se opone: al globalismo. Y con ello podemos formarnos una idea más o menos vaga de su contenido. Una vez más, se trata de una palabra que resulta completamente nueva en boca de un político republicano. Por otro lado, el periodista Alex Jones considera que el globalismo es el enemigo verdadero de los Estados Unidos y el más importante tema de discusión de todos. Según Jones, los Estados Unidos se encuentran bajo el control de una élite satanista transnacional que tiene como objetivo a largo plazo el crear el muy famoso gobierno mundial. La Reserva Federal, el 11 de septiembre, el programa MK-Ultra y todos los otros tópicos de interés que son tan famosos al interior de las teorías conspirativas encuentran un amplio eco en los programas de Alex Jones, no sin llegar a exagerar un poco todas las noticias que expone, mientras que advierte de la necesidad de comprar filtros de agua (ya que los globalistas nos envenenan a través de los grifos) y complementos alimenticios con tal de recuperar nuestro equilibrio hormonal. Las gorras y camisetas de Jones se venden muy bien, ya que nadie cree en las noticias falsas de los medios tradicionales. Este desafío a la historia oficial no es nada nuevo en los Estados Unidos, pero Alex Jones, que dirige el sitio Infowars, es quizás la figura más importante de este movimiento que cada vez más cuestiona el desarrollo de los acontecimientos históricos que vivimos en el mundo y que quiere evitar repetir los errores del pasado. Esta contracultura populista tan particular al interior del Partido Republicano ha conseguido alcanzar una amplia visibilidad en los últimos años gracias al Internet.
A finales de agosto de 2016, Hillary Clinton denunció, durante un discurso en Reno, Nevada, a los “marginales y radicales” republicanos que siguen a Trump, siendo este nada más que la encarnación política de los mismos. Estos marginales habrían tomado el control del anteriormente dócil Partido Republicano y lo habrían radicalizado. Hillary nombra entre estos marginales a Alex Jones e Infowars, así como al sitio Breitbart News, que es mucho más nuevo e incluso tiene más seguidores, siendo que su exdirector ejecutivo, Stephen Bannon, acaba de renunciar para convertirse en el asesor de la campaña de Trump. Hillary también habla de una “oscura conspiración derechista” que es financiada por Vladimir Putin y que tiene como objetivo promover una especie de “nacionalismo extremista” el cual quiere destruir la democracia estadounidense. Se trata de una conspiración que se enfrenta a otra conspiración. Detrás de Trump se alza una sucia y peligrosa bestia o más bien “una ideología racista emergente que es conocida como la derecha alternativa” (en el momento en que Clinton pronuncio estas palabras, un miembro del público grito “¡Pepe!”, luego hablaremos sobre eso). Pero en agosto de 2016 ni Infowars ni Breitbart utilizaban ese nombre para describirse a sí mismos. Cuando inicio la campaña por la presidencia se estaba produciendo un movimiento muy informe que surgió desde las profundidades más insondables del Internet y que puso todas sus esperanzas en Donald Trump. Este movimiento incluso llegó a enfrentarse contra Hillary Clinton y todos sus asesores y colaboradores han sido incapaces de ignorarlo por completo. Pero lo que enfrentaron era tan inesperado, espantoso y diferente que no pueden hablar de ello directamente ya que se escapa por completo de las categorías del populismo y el nacionalismo – en general se trata más de un movimiento de carácter cívico – como antes lo denominaban. Si bien existen ciertos puntos en que todos convergen, la Alt-Right es algo mucho peor que todo lo anterior; es un monstruo que solo Estados Unidos podría haber dado a luz.
Los paleo-conservadores
El bipartidismo estadounidense parece a primera vista una simple ilusión que oculta la realidad, especialmente si se tiene en cuenta que los terceros partidos (2) no tienen ningún peso y que los demócratas y los republicanos han llegado a seguir una misma política exterior desde el final de la Guerra Fría. Pero es durante las primarias cuando las voces disidentes aparecen en el panorama y pueden ser escuchadas por un gran número de personas. Antes de que apareciera Trump, ya existían personajes como Pat Buchanan y Ron Paul, dos representantes de la escuela paleo-conservadora cuyas candidaturas de 1992-1996 (Pat Buchanan) y la segunda de 2008-2012 (Ron Paul) causaron mucho estupor en su momento.
La palabra “paleo-conservador” fue acuñada en la década de 1980 por el politólogo Paul Gottfried, quien buscaba denunciar el dominio que los neoconservadores habían alcanzado en el Partido Republicano mientras intentaba rehabilitar/recrear una tradición política estadounidense basada sobre ciertos principios como el anticomunismo, el anti-federalismo, el aislacionismo, la oposición en contra de la corrección política, el multiculturalismo y la inmigración. Los “paleo-conservadores” definen a los Estados Unidos como una nación europea (entiéndase esto como blanca), además de que lamentan la perdida de los valores familiares y, aunque no practican una excesiva devoción como lo hace la derecha religiosa, defienden la religión como el fundamento del orden social. Una especie de maurrasismo estadounidense.
En noviembre de 2008, pocas semanas después de la elección de Barack Obama, el mismo Paul Gottfried utilizó la expresión “Derecha Alternativa” por primera vez en una reunión del H.L. Mencken Club, una sociedad de pensamiento paleo-conservadora. En ese discurso señala el fracaso de los intentos de revertir la situación que él y algunos otros habían vivido desde hacía dos décadas. Los paleo-conservadores, que desde el principio fueron una minoría, nunca han dejado de pelear por pequeños detalles y cada pequeño grupo se mantiene luchando con los demás con tal de convertir al otro a su propia doctrina particular en lugar de buscar un compromiso más pragmático con tal de alcanzar el poder. Durante este periodo de tiempo, el Partido Republicano fue más o menos absorbido por extrotskistas, falsos conservadores y verdaderos marranos que impusieron en su interior el culto por la inmigración y el intervencionismo sin trabas con la excusa de implantar en todo el mundo la Libertad. Gottfried se da cuenta, sin embargo, de que la audiencia a la que se dirige esa noche esta compuesta por muchos jóvenes brillantes y absolutamente decididos, y tiene grandes esperanzas en el futuro. Gottfried concluyó su discurso diciendo que “un amigo notó una vez mi ambivalencia en la descripción de mis enemigos. Me hizo notar que mi aborrecimiento por sus ideas vacías y sus personalidades repugnantes siempre se mezclaba con una profunda admiración por su capacidad para permanecer unidos como hermanos. Es este aspecto de la historia neoconservadora el que debemos tener presente y emular si queremos salir del olvido al que nos han relegado. Nuestros enemigos pueden ser vulgares, pero no son tontos. Y su increíble éxito tiene mucho que enseñarnos a nosotros si es que queremos suplantarlos y a hacerles a ellos lo mismo que nos hicieron a nosotros”.
Meta/pol/itica
La Alt-Right no surgió de la nada, sino que es una consecuencia del gran impacto que tiene sobre nosotros la soledad que nos impone el Internet, donde todo el mundo es mucho más malo, mentiroso y real que sus contrapartes del mundo real. Todo comenzó con Godwin. Pero el sitio que más se destacó durante la década del 2000 fue el foro 4chan. Gracias a su política de libertad de expresión casi total – que incluye pornografía infantil, aunque los moderadores hacen lo que pueden con tal de censurarla – que provoca que el arte del trolling se halla desarrollado mucho más que en cualquier otro lugar: se trata de una forma de comedia erística en la que no sabemos realmente quién está provocando a quién y donde la sátira se acaba y comienza la seriedad. El trolling, una vez que fue aplicado a los problemas actuales y a la política, en el subforo de 4chan dedicado a estos asuntos, causó que el egregore de 4chan naturalmente comenzará a blasfemar sobre toda clase de grandes tabúes propios de la época, especialmente porque se hacían todo tipo de comentarios que en un país como Francia, donde surgieron los derechos del hombre y la libertad de expresión, te enviarían a la cárcel. Como dijo una vez Ségolène Royal: “Internet puede ser de gran ayuda para la democracia participativa”. Podría llamarse a esto la Ley de Gottwein: cuanto más abierta es una discusión, mayor es la probabilidad de elogiar a Adolf Hitler. En cuanto a la sátira, bueno… En general, quienes participan en estos lugares se rebelan contra el mundo moderno intercambiando sus direcciones IP por otras distintas y hablando libremente sobre la biodiversidad humana, las religiones, la historia y la actualidad con un espíritu iconoclasta, felizmente fascista y lleno de mofa.
También se comparten imágenes, que es el principal propósito de este foro. Montajes groseros, caricaturas abiertamente antisemitas y racistas, dibujos de manga donde aparecen hermosas chicas con uniformes de la Wehrmacht, etc. A menudo un pequeño texto burlón o informativo acompaña a esas imágenes. Se encuentran muchas repeticiones de una misma imagen que tienen unas cuantas modificaciones: los famosos memes de Internet de 4chan, que por su carácter autorreferencial refuerzan el sentimiento de pertenencia a una comunidad -por artificial que sea- son luego propagadas por las redes sociales con tal de molestar a los izquierdistas o a los normies (aquellos que no son adictos a una política radical). Se hacen bromas porque todo es aburrido o se crean argumentos a medias o completos para molestar. Es difícil saber si se trata de tocino o de cerdo, pero termina por ser divertido y eso es lo que importa. Internet tiene un sueño. Un sueño de hierro.
La juventud spenceriana
Pero, ¿qué conexión existe entre el proyecto de Paul Gottfried de superar el paleo-conservadurismo y la furia anónima que existe al interior de un subforo como /pol/? Para todos ellos se trata de atacar a una misma raza: al hombre “progresista” y otros seres molestos, ¡y nadie siente lástima porque el mismo Gottfried sea circuncidado y convertido en jabón por el más violento de los usuarios de 4chan!
Se rumoreaba que el término “Alt-Right” fue acuñado por el joven activista y periodista Richard Spencer, quien es un discípulo de Gottfried que fue expulsado de varios de los medios paleo-conservadoras debido a que sus posiciones eran consideradas como demasiado extremistas. Spencer fundó en 2010 el sitio Alternativeright.com con algunos de sus asociados y tenía como objetivo promover algunas de sus ideas más radicales. Tras las disensiones que se produjeron al interior de este grupo, Spencer se vio obligado a crear su propio webzine Radix Journal y asumió la presidencia del National Policy Institute, un think tank blanco y nacionalista cuyas conferencias fueron durante muchos años las únicas reuniones presenciales de la derecha alternativa. Inspirados por Nietzsche, los autores de la Revolución Conservadora alemana y por la Nueva Derecha Francesa, la militancia de este grupo quiere crear una consciencia basada en la identidad – término que ellos adoptaron – de los pueblos europeos, mientras se aboga por la creación de un “Etno-Estado” exclusivo para los estadounidenses blancos. En un discurso impartido durante el 2015 titulado Teología política (en referencia a Carl Schmitt) se evocaba con nostalgia y seriedad el ideal de crear un Imperio paneuropeo y se condenaba el “americanismo (…) que hizo pudrir nuestras almas” y al que incluso “el comunismo, una versión fracasada e ineficaz de la Modernidad” sería incluso preferible en retrospectiva, porque “permitió que la Tradición sobreviviera a pesar de sí misma” (5). No vemos ni el más mínimo rastro de un bigote en Spencer, que siempre está pulcramente afeitado y peinado, pero todos entienden qué papel está desempeñando y como algún comentarista de Youtube alguna vez exclamó: “¡Viva la Spencerjungend!” “.
No pasó mucho tiempo para que la Alternative Right de Richard Spencer y la cultura de 4chan se influenciaran mutuamente. Con el tiempo, otras personas, organizaciones y sitios web se han unido a estos dos foros. Ese es el caso del Daily Stormer (sitio web que promueve un nazismo divertido y totalmente abierto), The Right Stuff y sus innumerables podcasts, la muy cristiana Red de Jóvenes Tradicionalistas o el profesor de psicología evolutiva Kevin MacDonald y su sitio The Occidental Observer. La crítica a los LGBT (con su creciente alfabeto) a menudo sirve como primer paso para adentrarse en toda esta galaxia de opiniones diversas, pero que coinciden en puntos muy importantes: la Modernidad democrática e igualitaria es un gran engaño, los pueblos de Europa están siendo reemplazados lentamente por inmigrantes y los judíos son ciertamente un grupo humano muy interesante. La Alt-Right fue durante muchos años una subcultura de Internet (ya que existen muchas otras) principalmente de carácter anglófono y, por lo tanto, semi-global, que creció poco a poco hasta alcanzar un gran tamaño.
La Guerra de los Memes
“Cuando México nos envía a su gente, normalmente nos manda a su basura. Estas son personas que tienen muchos problemas y traen consigo todos esos problemas. Nos envían drogas, criminales, violadores, aunque claro que existen algunos buenos individuos entre ellos…”
Hasta el 16 de junio de 2015, todo iba bien. La inminente elección presidencial sería como todas las anteriores. Después de haber llegado al poder un mestizo le tocaría el turno a una mujer. La tierra de la libertad se estaba desmoronando lentamente, pero se pondrían algunos parches, se imprimiría un poco más de dinero y se encontraría otro régimen árabe autoritario que pudiera ser desestabilizado. El Mayflower continuaría navegando de alguna manera. De hecho, había un alborotador en el campo demócrata llamado Bernie Sanders. Su campaña emocionó especialmente a la Generación Y mixta y libertaria que fuma porros entre sus cursos de socio-genderstudies acompañados de chomskismo. El apoyo a Sanders se trasladó a su rival Hillary después de que el primero fuera derroto y sometido por la segunda. Entre los republicanos estaba Jeb Bush, el último y pobre caballero blanco de la América “conservadora”. La Alt-Right se preparó para mirar semjante espectáculo y reírse tontamente en el vacío que se había creado.
Y luego vino Donald Trump. Tan pronto como se anunció su candidatura, o más precisamente tan pronto como los medios en general, desde el New York Times hasta Fox News, comenzaron a llamarlo como un potencial fascista, todas las voces un tanto disidentes de los Estados Unidos supieron que este hombre era su campeón. Y entre ellos, la Alt-Right entendió muy rápidamente que Trump podría ser un líder extremadamente importante. De cualquier manera, jugaría el papel de ser el salvador largamente esperado, el Emperador Dios. Un ejército anónimo y unas pocas figuras destacadas de la Alt-Right le juraron lealtad. Cuando iniciaron las elecciones, todos apoyaron a este magnate que se convirtió en político y cuyas palabras troleaban a todos. La Alt-Right ha estado repitiendo este mantra que es bastante difícil de traducir desde mediados de noviembre: “We memed Trump into the White House” (“Gracias a nuestros memes Trump llegó a la Casa Blanca”). Aquí siguen su ejemplo: siguen el carácter nacional optimista y pragmático que Trump encarna mejor que nadie. Fue el pueblo estadounidense, a través de los votantes, quien puso a Trump en la Casa Blanca. Pero la Alt-Right jugó un papel importante como su sustituto más conocido en otro campo importante: el Internet. En este momento la Alt-Right aprovechó esta oportunidad para da a conocer también sus propias ideas.
El primer meme utilizado por la Alt-Right que sirvió a la campaña de Trump fue un neologismo: cuckservative. Es una palabra compuesta por cuckold (cornudo) y conservador, a menudo abreviada como cuck, está inspirada en un subgénero del porno donde un hombre blanco débil y masoquista disfruta entregando a su compañera a uno o más representantes de otras razas. Con esa palabra se ataca a casi todos los políticos y líderes de opinión republicanos que se preocupan mucho por las cuestiones sociales, pero que hacen todo a medias cuando se trata de hacer reformas en materia de inmigración legal e ilegal, mientras aceptan con una sonrisa tonta todas las propuestas que exigen culpar a los europeos por haber esclavizado y colonizado el mundo. Jeb Bush, él mismo casado con una mexicana, fue la principal víctima de este insulto, sin hablar de los que le dirigió Donald Trump (lo llamó durante un debate un “chico con poca energía”). Cuckservative es la invención lingüística más conocido de la Alt-Right, pero ellos tienen todo un vocabulario para interpretar el mundo y cada uno de sus acontecimientos. Así, la ideología progresista se llama dildo o poz (VIH positivo), los matones erigidos como mártires por el movimiento Black Lives Matter son dindu nuffins (“postres de chocolate”) y la televisión es llamada como talmudvision (6). Como sucede con toda jerga este léxico a primera vista parece muy oscuro y autorreferencial, además de que requiere algo de práctica para ser completamente inteligible, pero después de pasar varias horas leyendo blogs de la Alt-Right, escuchando sus podcasts y viendo sus YouTubers… seguramente terminaras por ser seducido por su vocabulario. Aquí es donde entra en juego la improbable mascota del movimiento y su arma metapolítica más eficiente: Pepe.
Dibujada por primera vez en 2005 por un tal Matt Furie como parte de un cómic en línea, esta rana antropomórfica ha terminado por desligarse totalmente de su creador y dominado Internet durante más de diez años. Muchas variaciones de esta imagen son usadas regularmente en 4chan. Pepe Feliz, Pepe Triste, Pepe Enojado, existen memes para cada emoción posible y son usados para ilustrar los posts de los foros ya sea encarnando su forma original o superpuesta con otras imágenes sugiriendo comentarios irónicos. Entre las muchas representaciones que tiene este batracio destaca sobre todo una: el Smug Pepe, el Pepe Sonriente. ¿Por qué sonríe? ¿Qué esconde, qué sabe él que nosotros no sepamos? Su creador anónimo puede haber tenido una intención particular detrás de su creación, pero ahora su rana no le pertenece más a él. Para empezar, no es parte de una agenda política, ni siquiera le pertenece a 4chan. A finales del 2015 su popularidad se extendió mucho más allá de las fronteras de ese sitio web. Los usuarios promedio de Internet creen que pueden invocar su nombre en vano. La cantante Katy Perry comparte imágenes de sí misma en Twitter. Pepe ya no es un meme sino un cliché, su caída en el reino de la farándula casi que ha terminado. Entonces ocurrió un milagro: la Alt-Right decide que Pepe les pertenece. La segunda plaga de Egipto se extiende a través de los comentarios que se hacen en los medios en línea y las redes sociales. Pepe aparece usando un uniforme de las Waffen-SS, Pepe hace el saludo romano, Pepe como guardia fronterizo protegiendo a los Estados Unidos de los mexicanos… Y sobre todo nos topamos con un presumido Pepe que tiene una sonrisa inquietante y que parece ocultar algo. Cuando Hillary Clinton denunció a la Alt-Right durante su discurso en Reno en agosto de 2016, un miembro de la audiencia grita su Santo Nombre: es el momento de su consagración. Las ranas han llegado al palacio del faraón.
En 4chan, no se escribe “lol” sino “kek”, una referencia al videojuego World Of Warcraft. Es una “vieja” regla de etiqueta en el sitio, que se remonta a mediados de la década de 2000. Durante marzo de 2016 un usuario de Internet descubrió el nombre de una antigua deidad egipcia que es asociada a la Oscuridad y al Caos y que es representada con una cabeza… de rana. No pasó mucho tiempo para que naciera la Iglesia de Kek. Sus seguidores practican la magia de los memes, una hechicería arqueo-futurista capaz de influir en la realidad con la ayuda de los memes. El teólogo más destacado de esta religión es el bloguero de la derecha alternativa Lawrence Murray, citado por el New York Times y autor del manifiesto Kekismo esotérico o Kek como el Bodhisattva de la Ilustración Racial, donde se dice que: “Si ofrecemos nuestras voces y teclados a Kek, él nos bendecirá con el caos moderado de los meme-upāya y nuestras habilidades con los memes nos ayudaran a difundir nuestras ideas entre la gente. Estas ideas que estamos difundiendo son el kek-dharma. En cierto modo se trata de la la píldora roja (7) (…). Kek se nos manifiesta a través de su avatar Pepe (…). A través de su meme-upāya, Kek nos enseña que el karma engendrado por los memes considerados como mantras nos ayudará a lograr la liberación: el fin del samsara mosaico, el ciclo de muerte y renacimiento que destruyó al Imperio Romano, dividió al Sacro Imperio Romano en una espiral de violencia sectaria de la que nunca se recuperó y que devoró al Tercer Reich. Y este ciclo continúa con la invasión en curso que sufre Europa por parte del tercer monoteísmo semita: el Islam” (8).
Si uno sonríe, hace pucheros o piensa que debe lavarse en la fuente de agua bendita al leer estas profecías, debe tenerse en cuenta que la Alt-Right es en su mayor parte atea y lo lamenta amargamente. Hay algunos creyentes acérrimos allí y la mayoría de sus miembros aceptan la existencia de un “cristiano cultural” sin ningún problema. Pero esta situación también es producto del creciente ateísmo que existe al interior del pueblo estadounidense (9). Detrás de cualquier ironía que pueda escribir Lawrence Murray y el ejército de trolls que actuaron durante la campaña presidencial, debemos decir que existe una verdadera melancolía oculta y un intento de buscar la fe en un mundo donde Dios parece realmente haber muerto y la ecclesia también desapareció con él. La apatía nihilista que ha asolado a los europeos durante mucho tiempo ha terminado por infectar a los estadounidenses blancos a quienes se les repite constantemente la frase de Susan Sontag de que son “el cáncer de la humanidad” (10) desde que nacen hasta que mueren, con lo que se les asegura que su miedo a ser borrados es la insoportable expresión misma de sus propios “privilegios”. Muchos están convencidos de esto y hacen campaña ferviente para que el mundo de color finalmente termine por destruirlos. Es mejor pertenecer a algo que desaparecer. La aparición en la política de una figura como Donald Trump hizo posible que todos estos locos sintieran una vez más que no eran solo individuos, que todos ellos eran parte de algo mucho mayor y que había que defender ese algo incluso por las armas de ser necesario, o ya fuera votando y usando memes. Las elecciones estadounidenses de 2016 fueron una batalla de ideas. Y la Alt-Right, cualquiera que sea la realpolitik del nuevo presidente, la ganó al establecer el marco para que se produjera este debate en términos muy claros. La sonrisa de Pepe dice todo lo que las almas profanas lo acusan.
Acercándose al otro
Trump es otra historia: en el mundo real, dejando de lado las teologías políticas, Trump no es para nada un nacionalista blanco y cuando mucho es un defensor del nacionalismo cívico. Durante la campaña, pareció enviar algunos mensajes subliminales: un tweet con una cita de Mussolini, una carta de apoyo firmada por 88 soldados jubilados de alto rango… Durante el último debate contra Hillary Clinton, el autor de estas líneas incluso cree haberlo visto haciendo repetidamente muecas y sonrisas sacadas que parecen copiar a Pepe durante las intervenciones que hacia su rival, indicando con ello que estaba en completa sintonía con sus pequeños soldados de la Alt-Right. Pero, ¿cómo puedes confiar en alguien tan astuto e impredecible? ¿Habrá elegido la ambigüedad como un medio para mantener su imagen? De todos modos, sus partidarios pensaban desde el principio lo siguiente: tan pronto como se convierta en el 45° Presidente de los Estados Unidos de América (en el momento de redactar este artículo, todavía Trump no era presidente), debe ser sometido al mismo trato que reciben los demás traidores.
Pero en la conferencia del National Policy Institute en noviembre pasado, no había necesidad de considerar tales eventualidades después de meses de guerra digital para que se eligiera un meme en particular. Era el momento para festejar y celebrar. La Alt-Right aprovechó su nueva notoriedad para hacerlos pagar a todos. Desde Radio France hasta The Guardian, todos los medios enviaron a periodistas profesionales a cubrir el evento. ¡Intelectuales, nerds, cripto-nazis y estudiantes pro-Trump… Richard Spencer concluye su discurso de clausura triunfalmente con un “Hail Trump, Hail a nuestro pueblo, Hail a la Victoria”! Mientras tanto, los miembros de la audiencia se levantaban para dar el saludo romano, un equipo de reporteros del periódico The Atlantic filma la escena. Hasta la fecha, el video ha sido visto más de 2 millones de veces en Youtube (11). Para cualquiera que esté familiarizado con la Alt-Right, la ironía es obvia, pero Trump, interrogado por los periodistas, no tuvo más remedio que repudiar a estos partidarios que lo avergonzaban. En cuanto a Infowars y Breitbarts, apodados por los demás como “la Alt-Light” por sus posiciones mucho más moderadas sobre los temas que molestan a los estadounidenses, primero intentaron desmarcarse por completo de estos radicales a los que Hillary Clinton los asociara, pero ahora están haciendo todo lo posible por distanciarse por completo de todas sus estructuras. Los dos grupos se acusan mutuamente de ser una oposición controlada.
¿Y que nos espera en el futuro? Es mejor no quedarse callado y aferrarse a la acción. Pero primero, debemos intentar sobrevivir. La mayoría de los activistas de la Alt-Rigth son anónimos y en Estados Unidos uno no puede ser condenado por las palabras, pero los diversos grupos de presión a los que irritan estas ideas usan todos los medios a su alcance con tal de hacer tantos perfiles como sea posible (encontrar tu información personal y hacerla pública) o presionar a tus empleadores para que pierdas tu trabajo, etc. Esperamos con angustia una matanza en masa cometida por un lector del Daily Stormer, lo cual dañaría mucho la ya sulfurosa reputación del movimiento. Mientras se espera la guerra interétnica, se está gestando una guerra de abogados. Y mientras se espera al Etno-Estado estadounidense, le corresponde a la Alt-Right crear una contra-sociedad, para finalmente pasar del mundo virtual al mundo real con la intención de ayudarse y cooptarse mutuamente. Hacer memes es bueno, tener hijos es mucho mejor.
En resumen, es un poco como en Francia, pero con la Primera Enmienda.
Notas:
- Donald Trump, les raisons de la colère, André Bercoff, p. 12.
- Reform Party, ambientalistas, libertarios, comunistas, nazis …
- http://www.unz.com/article/the-decline-and-rise-of-the-alternative-right/
- El término “meme” proviene del trabajo del genetista británico Richard Dawkins y designa una idea que se replica de cerebro en cerebro dentro de una sociedad, a la manera de los genes “egoístas” que Dawkins convierte en los principales responsables de la evolución.
- Subtitulado en francés en esta dirección: https://www.youtube.com/watch?v=vSOA2dzpHQ
- Una lista no exhaustiva de estos términos está disponible en inglés en la siguiente dirección: http://therightstuff.biz/trs-lexicon/
- Refiriéndose a la película The Matrix, la píldora roja es una metáfora Alt-Right para despertar en alguien el interés por estas ideas.
- https://atlanticcenturion.wordpress.com/2016/08/14/esoteric-kekism-or-kek-as-a-bodhisattva-of-racial-enlightenment/
- Coincidencia o signo de Kek, el primer teórico de los memes Richard Dawkins es también autor de un bestseller del 2006 titulado To End God y uno de los representantes del “nuevo ateísmo” que agitó mucho el mundo angloparlante durante varios años. No es un nazi, pero durante los debates que le opusieron, entre otros, a los cristianos evangélicos poco sagaces durante la promoción de su obra, uno de los elementos del lenguaje que volvió con más frecuencia en boca de estos últimos fue que el ateísmo y el darwinismo condujeron inevitablemente a Hitler y a las cámaras de gas …
- En What’s Happening In America, ensayo de 1967 publicado en la revista Partisan Review.
- https://www.youtube.com/watch?v=1o6-bi3jlxk
Fuente: http://rebellion-sre.fr/la-victoire-en-trollant-une-petite-histoire-de-lalt-right/
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