Traducción : María Poumier
Fuente original : Strategika
Fuente original en espanol : Red Internacional
“Me están enseñando que puedo morir por haberme topado con alguien en la calle, y por culpa mía, porque soy potencialmente culpable de transmitir el virus. Estamos avanzando lentamente hacia la prohibición de dar la mano, un gesto universal e inmemorial que significa confianza. “
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La crisis del coronavirus y la ingeniería social
Entrevista con Lucien Cerise
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[Después de estudiar filosofía, comunicación y ciencias del lenguaje, Lucien Cerise lleva a cabo una investigación independiente sobre temas de ingeniería social, hacking de la mente y epidemiología de las ideas, o memética. Ha publicado dos novelas y varios textos teóricos, artículos, prefacios y libros, solo o en colectivos, de los cuales los más actuales son Gouverner par le chaos (2010, 2014), Neuro-Pirates (2016), Retour sur Maïdan – La guerre hybride de l’OTAN (2017).]
Strategika – Hay muchos elementos contradictorios según las diferentes fuentes de información disponibles o según las opiniones de los profesionales médicos. ¿Cuál es la realidad efectiva de esta pandemia en su opinión?
No soy especialista en cuestiones médicas, pero trataré de responder con cautela desde mi campo de estudio, que también se ocupa del contagio, más bien en el área de las ideas y los virus informáticos, así como del lenguaje y su función performativa para configurar la realidad a partir de métodos de influencia y control social, lo que denomino “construcción de la realidad”. A esto le añado algunas observaciones de sentido común y lógica elemental, partiendo de la manera en que Francia se manejó frente a la epidemia, con medidas extremadamente autoritarias.
De hecho, podemos ver que las contradicciones abundan en el discurso de los profesionales de la salud, y ellos mismos están en contradicción con los hechos, de modo que podemos hacernos preguntas sobre lo que es realmente esta pandemia. En primer lugar, Agnès Buzyn, entonces Ministra de Sanidad, anunció públicamente el 24 de enero de 2020 al final del Consejo de Ministros que “todo está bajo control”. Aquí un fragmento literal de su discurso:
“En cuanto a los riesgos para Francia, los equipos de investigación modelizan regularmente los análisis de riesgos por importación. El riesgo de importar casos originados en Wuhan es moderado. Ahora es prácticamente nulo ya que la ciudad está en cuarentena, como bien saben. El riesgo de que se produzcan casos secundarios en torno a un caso importado es muy bajo y el riesgo de que el virus se propague en la población es muy bajo. Obviamente, esto puede cambiar en los próximos días si se descubre que hay más ciudades afectadas en China, o más países, en particular países de la Unión Europea. » (1)
En defensa de Agnès Buzyn, hay que decir que no fue la única en decir disparates, ya que contó con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (Inserm), dirigido por su marido, Yves Lévy, de 2014 a 2018:
“Por su parte, la OMS esperaba en ese momento que las medidas adoptadas por China fueran suficientes para “detener la transmisión” y consideraba que todavía era “demasiado pronto para declarar una emergencia internacional”. (…) En esta línea, a principios de la tarde del 24 de enero, un equipo del Inserm publicó “un modelo para estimar el riesgo de importar la epidemia a Europa”. Los investigadores hicieron estimaciones de riesgo basadas en datos sobre las corrientes de aire entre los países de la Unión Europea y las regiones chinas afectadas. Luego desarrollaron dos guiones, “bajo riesgo de difusión y alto riesgo”. Resultado: en el caso de Francia, el riesgo de importación se estimó entre el 5% y el 13%. Por lo tanto, en teoría, sólo había un bajo riesgo de difusión dentro de nuestras fronteras. » (2)
Una modelización científica sólo vale según su tasa de previsibilidad. Dicho de otra forma, las modelizaciones de la OMS y del Inserm no tienen ningún valor. El 17 de marzo, en el diario Le Monde, Agnès Buzyn dio marcha atrás, acerca de sus declaraciones iniciales del 24 de enero, afirmando que había mentido y que pensaba desde diciembre de 2019 que se estaba gestando una grave crisis. En resumen, la comunicación entre autoridades sanitarias, medios de comunicación y gobierno francés ha sido una mezcla de desinformación, fake news (“noticias falsas”) y mandatos contradictorios, desde el principio. Para tener una idea de la realidad de esta pandemia, debemos empezar por olvidar la retórica política y mediática, sus elementos de lenguaje y la forma en que nos cuenta los acontecimientos (la narración oficial). Entonces surge una pregunta espontáneamente: ¿no será el viento general de pánico algo exagerado? El Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE) publica en su sitio web un censo del número de muertes, enviado diariamente por los ayuntamientos. Las cifras comparativas de los tres últimos años muestran un ligero aumento del número de muertes por todas las causas en 2020 en comparación con los años anteriores a partir del 16 de marzo, es decir, desde el comienzo del confinamiento. Con fecha 6 de abril, se lee que el número de muertes en tres años fue de 1.731 en 2018, 1.649 en 2019 y 2.410 en 2020. El INSEE comenta los porcentajes de la siguiente manera:
“A nivel departamental, entre el 1º de marzo y el 6 de abril de 2020, tres departamentos tuvieron al menos el doble de muertes que en el mismo período de 2019: Haut-Rhin (+143%), Seine-Saint-Denis y Hauts-de-Seine. Otros nueve departamentos registraron un número de muertes entre el 50% y menos del 100% superior al observado en 2019. Se trata de todos los demás departamentos de la región de Île-de-France – Val-de-Marne (+ 78%), Val-d’Oise (+ 70%), París (+ 62%), Essonne (+ 61%), Seine-et-Marne (+ 55%) e Yvelines (+ 52%) – pero también Vosges (+ 74%), Moselle (+ 60%), Bas-Rhin (+ 56%) y Oise (+ 53%). Treinta y dos departamentos en total registran un número de muertes al menos un 20% mayor que en 2019. Por el contrario, en 29 departamentos se registran menos muertes entre el 1 de marzo y el 6 de abril de 2020, menos que en el mismo período de 2019. Estos departamentos se encuentran principalmente en el oeste y centro de Francia. » (3)
Así que hay más muertes en 2020 en algunos departamentos franceses, pero menos en otros. Además, la curva de la tasa de mortalidad para 2020 ha comenzado a superar significativamente la de años anteriores con el inicio dl confinamiento. Por lo tanto, si el confinamientos de los pacientes se puede explicar muy bien – pero ¿por qué este año y no los anteriores? – para el confinamiento de las personas sanas en todo el país es difícil de encontrar una justificación, aparte de la razón oficial presentada: era para no saturar los servicios de emergencia y reanimación con nuevos casos graves de contaminación. Sin embargo, la mayoría de los hospitales públicos no están superpoblados y no se apella a las clínicas privadas. Se nos dirá que esto es precisamente el resultado positivo debido a la drástica cuarentena general. Pero ¿es válido este argumento? Para probarlo, recurramos a la cindínica, la disciplina científica que estudia el riesgo y el peligro. La cindínica distingue entre el riesgo percibido y el riesgo real. El riesgo percibido está determinado en gran medida por lo que se dice sobre el riesgo real. Al mismo tiempo, hay a la vez una brecha y una continuidad entre el riesgo real y su representación mental observable en el lenguaje. Para entender mejor lo que está sucediendo, debemos ser capaces de desenredar las interacciones entre lo real y lo potencial, lo real y lo virtual. Para justificar el confinamiento masivo, la narrativa político-mediática dice: “Los hospitales pueden estar saturados, quédate en casa. La realidad dice: “Los hospitales no están saturados”. La narrativa político-mediática dice: “Los hospitales no están saturados debido a la cuarentena masiva, así que manténgase confinado, de lo contrario los hospitales se saturarán”. Llegamos a una situación paradójica, incluso absurda, una especie de razonamiento circular que puede ser analizado por la teoría de juegos y el fenómeno de las predicciones autocumplidoras, donde el confinamiento de personas sanas permite no saturar las estructuras hospitalarias, vaciando el confinamiento de su significado en la realidad ya que hay espacio en los hospitales, pero justificándolo teóricamente por la prevención, para evitar la saturación que podría producirse pero que no se produce en la realidad. Es en este punto donde el tipo de razonamiento comúnmente denominado “pretexto” llega a interferir en el proceso de toma de decisiones del poder y le permite introducir nuevas medidas de control social cuya peligrosidad puede resultar aún mayor que el pretexto asignado. Estas son las paradojas del principio de precaución: para evitar un peligro – la saturación de los hospitales – no se acepta ningún riesgo. He aquí la consecuencia: el riesgo no se materializa en la realidad, sólo existe potencialmente – no hay ninguna saturación general de los hospitales. El discurso alarmista se encuentra entonces desfasado de la realidad y de las causas que busca en la realidad, pero permite sin embargo legitimar en la realidad medidas preventivas que pueden tener efectos perversos, peores que el peligro que se desea evitar. De hecho, este confinamiento de personas sanas en todo el país agrava la situación sanitaria al imponer a todos unas condiciones de vida enclaustrada, realmente patógenas, y un clima apocalíptico de ansiedad y depresión especialmente perjudicial para el sistema inmunológico, al que se debería, por el contrario, reforzar. Todos los ritmos biológicos, psicológicos y socioeconómicos han sido interrumpidos. El confinamiento masivo obviamente resultará contraproducente y alimentará la tasa de mortalidad vinculada a esta “crisis”, que se amplifica en gran medida por la histeria de los medios de comunicación. Entre los muchos errores de comunicación del gobierno, el propio ministro de Sanidad, Olivier Véran, declaró el 9 de marzo por televisión:
“Pero en realidad, ¿saben qué hace que la gripe se detenga en la primavera? No es el calor. ¿Qué pasa en la primavera? Abrimos las ventanas, abrimos las puertas, ya no estamos confinados a lugares, salimos al exterior. Así que es el confinamiento lo que hace que el virus circule. » (4)
Las estimaciones del número de enfermedades y muertes por coronavirus comunicadas por las denominadas autoridades competentes, profesionales de la salud u otros, varían de una fuente a otra y de un método de censo a otro, a veces sin una prueba de detección y sobre la base de una simple conversación con el médico generalista. ¿Cómo podemos tener en cuenta estas cifras que no proceden de ningún consenso y que no son verificables ni certificadas? Tanto a nivel nacional como internacional, el número exacto de casos reales de enfermedad o muerte por coronavirus es simplemente desconocido en este momento. Por el momento, sólo la comprobación cruzada y crítica de las fuentes, el sentido común y la experiencia personal son boyas a las que aferrarse para tener una idea de lo que realmente está pasando. En cualquier caso, incluso con una fe ciega en la retórica político-mediática y en sus cifras oficiales, estas últimas no dan miedo. Sin olvidar que aún hay que deducir casos de co-morbilidad, es decir los casos en que la muerte es causada por otra enfermedad contraída por el paciente o por la combinación de varias enfermedades, incluyendo el coronavirus entre otras. Además, sería bueno comparar estas cifras con las de las personas que se han curado y han desarrollado inmunidad, que constituyen una abrumadora mayoría en casi el 99% de los casos. Por lo tanto, esto debería guiar a los gobiernos hacia la estrategia de la llamada “inmunidad de la manada”, o inmunidad de los rebaños, concepto veterinario que vale para todos los animales de crianza, que es la única estrategia capaz de poner fin a la enfermedad a largo plazo. Comparemos las ventajas y desventajas de las dos estrategias, “confinamiento para todos” o “cuarentena para los enfermos únicamente” más el desarrollo de la inmunidad de grupo en la sociedad: en ambos casos, hay muertes, pero al menos el confinamiento de los enfermos por sí solo no bloquea a la sociedad, evitando así los daños socioeconómicos colaterales de la crisis, que causarán muertes adicionales. Sin embargo, en lugar de enfrentarse a un virus que, después de todo, es bastante benigno si se toman medidas proactivas para fortalecer el sistema inmunológico del pueblo francés, el gobierno francés ha optado por la estrategia de evitar el virus, mientras se espera que aparezca una vacuna. Ahí surgen algunos intereses comerciales lucrativos. Cuando sumamos los conflictos de intereses, las mentiras y el sabotaje deliberado, llegamos a preguntarnos si la salud de los franceses no está en manos de mafiosos y criminales. El hospital público -como todos los servicios públicos- ha sido ingeniosamente demolido y reducido durante años y, desde enero, todo lo que funcionaría para contener una epidemia y salvar vidas ha sido descuidado, rechazado, hecho inaccesible o de difícil acceso para la población, y todo ello por medidas gubernamentales: negativa a cerrar las fronteras, escasez de máscaras, escasez de pruebas de detección, escasez de respiradores artificiales, escasez de gel hidroalcohólico, reservas de medicamentos desaparecidas, hidroxicloroquina clasificada como “sustancia venenosa” el 13 de enero y luego retirada de la venta (cuando antes se vendía sin receta), etc. En cambio, la psicosis, las amenazas, las multas, a menudo abusivas, y la banalización, por decreto del 28 de marzo, del Rivotril, un sedante que puede causar la muerte, para los pacientes “que sufren o pueden sufrir del virus del SARS-CoV-2”. Todo se hace de forma sistemática y metódica, punto por punto, para aumentar la tasa de mortalidad de este virus benigno. Esta persistencia en el error es un signo de incompetencia total o de la voluntad de hacer daño, y posiblemente de ambas.
En conclusión, o bien este virus es muy peligroso y las medidas adoptadas por el gobierno hasta mediados de marzo permitieron establecerlo en Francia y cultivarlo desde entonces; o bien este virus no es tan peligroso y las medidas adoptadas desde mediados de marzo son excesivas e implican riesgos más serios que el propio virus. Si nos atenemos a las cifras anunciadas, este virus es bastante contagioso pero poco mortal, con muchos casos de personas contagiadas pero sin presentar síntomas, y el sistema inmunológico de la especie humana es perfectamente capaz de combatirlo sin confinamiento masivo, ni vacuna, pero con una dieta profiláctica, un estilo de vida saludable y activo que implica no permanecer confinado y medicinas baratas en caso de contaminación (Plaquenil, Interferón Alfa 2B, etc.). Recordatorio de un principio de la virología, recordado a su vez en septiembre de 2009 por Martin Winckler, médico generalista y escritor, en medio de la crisis del H1N1: cualquier virus puede ser o altamente contagioso o muy letal, pero no puede ser ambas cosas a la vez :
“Un virus sólo tiene un propósito en la vida: multiplicar su ADN tan rápido como sea posible para sobrevivir genéticamente, como lo hacen todos los seres con ADN. Un virus es un ADN reducido a su expresión más simple. Su propósito no es hacerte enfermar. Los síntomas de la enfermedad están relacionados con las reacciones del cuerpo para erradicar el virus: la fiebre es la reacción del cuerpo para impedir que el virus se reproduzca; los dolores son la contracción intensa de los músculos para producir fiebre; la tos es la reacción inflamatoria de la nariz, la tráquea y los bronquios cuando el virus entra en los tejidos respiratorios. El virus tiene interés en que el paciente permanezca en posición vertical y lo transmita en gotas de saliva. Por lo tanto, es comprensible que para que un virus sea altamente contagioso (por aire), también debe ser relativamente benigno. Si es muy peligroso, puede matar a sus anfitriones antes de que lo hayan transmitido. Los virus más contagiosos del planeta, los virus del resfriado, no matan a nadie… » (5)
Strategika – ¿Esta pandemia precede un colapso económico y sistémico?
Algunos comentaristas creen que la exageración de esta crisis sanitaria por parte de los medios de comunicación permitirá camuflar una crisis económica real, o reforzar aún más el poder de la banca empujando la economía real al colapso y a un “reset” general, con un posible expolio de los ahorradores en el proceso de financiar un “bail-in”, o algo similar. ¿Por qué no? La oligarquía financiera es capaz de cualquier cosa para aumentar su dominación. Una cosa es segura: el confinamiento tendrá un costo económico y humano mayor que el propio virus. Hay que distinguir dos niveles: la propia pandemia y las decisiones políticas tomadas para contenerla. De hecho, no es la pandemia en sí misma la que puede causar algún tipo de colapso, es el confinamiento de la población sana lo que puede causar este colapso económico y sistémico, con el pretexto de luchar contra el virus. Una pandemia sin el confinamiento de la población sana tendría poco impacto en la economía, ya que la mayoría de la población seguiría trabajando y produciendo. Mientras tanto, los informes de los expertos se amontonan y se contradicen, algunos hablan de un período de confinamiento de 18 meses o más, otros de un desconfinamiento gradual y parcial, a partir del 11 de mayo para Francia, etc. El confinamiento hasta el año 2022, incluyendo el confinamiento intermitente, un mes de cada dos o tres, tendría el mismo impacto que una guerra en los países que lo decretasen. En otras palabras, la cura sería peor que la enfermedad. La pandemia por sí sola no pondrá de rodillas a países enteros, pero la contención prolongada de la población sana lo hará, sí, con certeza. En la hipótesis de un corto confinamiento, muchos sectores de la economía real serán devastados de todos modos, muchos comerciantes se verán arruinados; además el gobierno ha congelado los logros sociales de estos últimos años, mediante un voto del Senado el 19 de marzo, supuestamente de forma provisional, pero tal vez no. Por otra parte, hay cierto número de valores bursátiles que están en alza y se están beneficiando de la crisis, todos los que están vinculados a las industrias de la informática y las vacunas, dos sectores de actividad que se están fusionando en la persona de Bill Gates :
“El Coronavirus no es sólo algo malo en el mercado de valores. Algunas acciones han subido en Wall Street en los últimos días, impulsadas por el sentimiento de los inversores de que se beneficiarán de la situación actual. Novavax es una de esas empresas. Este pequeño laboratorio en Maryland se especializa en vacunas y anunció esta semana que está tratando de desarrollar una vacuna contra el Covid-19. En el espacio de dos días, su capitalización bursátil casi se duplicó, llegando a casi 600 millones de dólares. Es una bonanza inesperada para la empresa, que tiene sólo unos pocos cientos de empleados y es apoyada por la Fundación Bill y Melinda Gates. » (6)
Recientemente, Bill Gates anunció que se involucraría aún más, patrocinando la investigación en torno a unas siete vacunas. El gran capitalismo industrial y financiero siempre consigue sacar provecho de las crisis, e incluso a menudo las provoca, según el principio de la “estrategia de choque” esbozado por Naomi Klein en su libro de 2007. La economía tiene sus parásitos y carroñeros. Por otro lado, para muchas pequeñas y medianas empresas, el confinamiento causará al menos una recesión. Habrá una pandemia de quiebras de empresas, con su cuota de depresiones, crisis nerviosas, suicidios, ajustes de cuentas violentos, divorcios y violencia doméstica, todo ello causado no por el virus sino por el encerramiento de la población sana, lo que pone a toda la población en un enorme riesgo psicosocial, para utilizar una terminología que nuestros expertos deberían conocer. La falta de actividad también aumentará considerablemente los problemas de salud, los trastornos cardiovasculares, los trastornos musculo-esqueléticos y los trastornos del sueño. Al final, el confinamiento matará más que el propio coronavirus, directa o indirectamente.
Strategika – Más de 3 mil millones de personas van a encontrarse confinadas en el mundo. Por primera vez en su historia, la humanidad parece ser capaz de coordinarse de manera unitaria frente a un enemigo global común. ¿Qué le sugiere esta situación?
Esta cuarentena a escala mundial no tiene precedentes, pero hay excepciones y modulaciones en su aplicación. En Francia, se han dado instrucciones del Ministerio del Interior de vez en cuando y localmente para aligerar las medidas de contención para los solicitantes de asilo, para los judíos durante el período de Shabat y para los suburbios con una gran población de inmigrantes. Antes de esta crisis sanitaria, la humanidad ya había coordinado su respuesta frente a un enemigo común más o menos construido a modo de fantasma por los medios de comunicación tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Estas consideraciones me recuerdan el informe de Iron Mountain, publicado en 1967 con un prefacio del economista John Kenneth Galbraith. El autor principal del texto, que permanece en el anonimato, informa de las reflexiones de un grupo de reflexión del complejo militar-industrial americano sobre la utilidad de la guerra para crear un orden social, en el sentido del conformismo y la disciplina de masas, o cómo hacer que un orden conformista emerja del caos, y en reacción al caos, por miedo al caos. En caso de una paz demasiado prolongada, el texto menciona que, para mantener a la población bajo control, hay que buscar enemigos de reemplazo y sustitutos de la guerra, como las crisis ecológicas o sanitarias, que se convierten en causas internacionales importantes más o menos ficticias, pero cuyo objetivo es crear una creencia común y, al hacerlo, permite normalizar las representaciones y los comportamientos. El sistema globalista dedica su tiempo a desarrollar trucos para captar la atención global, con vistas asincronizar todos los cerebros del planeta. Las grandes competiciones deportivas, como los Juegos Olímpicos o el Mundial de Fútbol, son también ejemplos de la sincronización globalista del tiempo cerebral disponible. La pregunta que interesa a los mundialistas es, más allá de todas las particularidades, étnicas, culturales, de edad, de género, etc., ¿qué es lo que interesa a todos? La homogeneización del comportamiento, es decir, la militarización del comportamiento, la capacidad de hacer que una multitud actúe como un solo hombre, es la cúspide del arte político, visto desde el ángulo de los métodos de condicionamiento del comportamiento, o incluso con vistas a producir un entrenamiento del comportamiento, del tipo “reflejo del perro de Pavlov”.
Bill Gates es uno de los principales líderes de opinión que ha difundido la narración destinada a la recuperación de la crisis para reforzar esta sincronización globalista. El 19 de marzo, el fundador de Microsoft publicó en su blog una entrevista suya donde acababa de responder sobre la actual crisis sanitaria. En sus comentarios se destacan cuatro temas: 1) la solución al virus pasa necesariamente por una vacuna, 2) esta vacuna irá acompañada de un certificado digital que indique quién está vacunado o no, 3) mientras tanto, debemos quedarnos en casa y mantener el distanciamiento social entre las personas, 4) pero hay que mantener la fluidez de movimiento entre los países, porque los virus no conocen las fronteras nacionales. Por supuesto, si el virus transgrede las fronteras nacionales, es precisamente porque no están suficientemente marcadas y selladas, por lo que se necesitaría un mayor “distanciamiento social” entre los países. Pero para recuperar los beneficios de esta crisis, Bill Gates y los mundialistas tienen que cometer intencionadamente un error en la lógica del razonamiento que les permita implantar en la mente de la gente que esta pandemia es, por el contrario, la consecuencia de una falta de unidad mundial y un déficit de globalización:
“Pregunta: ¿Qué cambios tendremos que hacer en la forma de operar de las empresas para mantener nuestra economía y al mismo tiempo asegurar el distanciamiento social? Bill Gates: La cuestión de qué empresas deben seguir operando es difícil. Ciertamente es el suministro de alimentos y el sistema de salud. Todavía necesitamos agua, electricidad e Internet. Hay que mantener las cadenas de suministro de las cosas esenciales. Los países todavía están en el proceso de determinar qué es lo que debe seguir funcionando. Más adelante, tendremos certificados digitales que indiquen quién se ha recuperado, o ha sido probado recientemente, o, cuando tengamos una vacuna, quién la ha recibido. (…) Pregunta: ¿Cuál es la estrategia a largo plazo para hacer frente a esta pandemia y cuál cree Ud. que nos preparará adecuadamente para la próxima? Bill Gates: Creo que una vez que esto esté bajo control, los gobiernos y demás instancias invertirán mucho para estar listos para la próxima. Ello requerirá una cooperación mundial, especialmente para ayudar a los países en desarrollo que se verán más afectados. Un buen ejemplo es la necesidad de probar las terapias dondequiera que la enfermedad esté presente para ayudar al mundo. El virus no respeta las fronteras nacionales. » (7)
Por extraño que parezca, Bill Gates, que se suponía que era un gran capitán de la industria, ya no se plantea la cuestión de la prosperidad económica o la productividad de los negocios. Su enfoque es más bien minimalista, incluso decreciente, o francamente “supervivencialista”, por la simple razón de que según su paradigma, son los robots y la inteligencia artificial los que hacen funcionar el sistema. Los trabajadores humanos y la sociedad de consumo basada en una economía real diseñada para ellos ya no tienen sentido, según su visión del mundo. Pueden y deben ser destruidos, así como las fronteras nacionales, esas cosas que la gente necesita, pero no las máquinas. Un paso más, y son las fronteras nacionales las que se encontrarán acusadas de propagar la pandemia. El Presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se está moviendo en esta dirección y dijo a principios de abril :
“El regreso de los controles fronterizos en los Estados miembros supone una amenaza para la vida y la salud de los ciudadanos de la Unión Europea porque perturba la cadena de suministro. El mercado debe seguir siendo fluido”, dijo Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea. » (8)
Strategika – ¿Cree Ud que esta pandemia obligará a la humanidad a adoptar un gobierno mundial como el que preconizó Jacques Attali durante la pandemia de gripe A en 2009?
Estas recomendaciones tratan de articular la crisis de salud con el programa geopolítico. Sabemos que Jacques Attali es una persona versada en el esoterismo cabalístico, que es de hecho un programa político y geopolítico. (9) Desde este punto de vista, el pueblo de Israel es elegido por Dios para gobernar el mundo, la capital de este gobierno mundial debe ser Jerusalén, y el método para lograrlo es Tikun Olam, un término hebreo que significa “reparación del mundo”. Reparar un mundo que no lo necesita significa en realidad destruirlo. Por supuesto, la destrucción del mundo desembocaría en la destrucción de los judíos también, pero no se les debe pedir demasiada coherencia a estas grandes teorías místicas. Desde este punto de vista escatológico, las crisis, las catástrofes, el miedo son fenómenos positivos. Esta creencia en un nuevo orden mundial que emerge del caos es ampliamente compartida en muchos círculos de pensamiento, desde la masonería hasta el Grupo Bilderberg, dos de cuyos miembros, Gordon Brown y Henry Kissinger, acudieron en ayuda de Jacques Attali con llamados a crear un gobierno mundial para combatir el coronavirus. El entorno de Agnès Buzyn también presenta este doble trasfondo oculto, plagado de conflictos de intereses y ocultismo, entre B’naï B’rith, la famosa logia masónica prohibida a los no judíos, y el Gran Oriente de Francia (GOF), como resume la revista Politique :
“Agnès Buzyn no carece de redes. La mujer que se casó con el hijo menor de Simone Veil en los años 80, y que ahora está casada con el ex director del Inserm [Yves Lévy] (que firmó un llamamiento a los directores de investigación para que votaran en contra de Marine Le Pen en abril de 2017), también se ha abierto camino entre los mayores conglomerados financieros del mundo farmacéutico. Entre finales del decenio de 1990 y principios de 2010, Agnès Buzyn fue pagada por los gigantes farmacéuticos Genzyme, Novartis y Bristol-Myers Squibb para que hablara en conferencias o formara parte de la junta asesora de algunos de sus productos oncológicos emblemáticos. Al igual que su padre, miembro activo desde hace mucho tiempo de la B’naï B’rith, no duda en tomar la palabra en las logias masónicas, como el 15 de octubre de 2015 en el Gran Oriente de Francia sobre el tema “El fin de la vida en el caso de los niños”. Dos años después, a esta mujer desconocida para el público en general la nombran Ministro de Salud pública. Una de sus primeras medidas será ampliar la vacunación obligatoria de los bebés a 11 enfermedades, con fecha de aplicación efectiva el 1 de enero de 2018. Al mismo tiempo, el Ministerio de Salud duplica el precio de la vacuna contra la gripe tras la introducción de nuevas cepas por los laboratorios. En la comunidad médica se han alzado muchas voces contra estas medidas, que huelen a conflicto de intereses. » (10)
Strategika – Todavía en 2009, Jacques Attali explicó que “la historia nos enseña que la humanidad sólo evoluciona de manera significativa cuando siente miedo en serio”. ¿Qué le inspira esta idea?
Para mundialistas como Jacques Attali, si la globalización no funciona, esto significa que necesitamos más globalización. Para imponer este razonamiento ilógico en la mente de las personas, se utilizan medios importantes para asustar a las masas a fin de que pierdan su capacidad de razonamiento lúcido y para que acepten más fácilmente soluciones aberrantes que van en contra de sus intereses. Para ello es necesario disminuir en la población la actividad cerebral relacionada con el neocortex es decir, las funciones reflexivas y analíticas a largo plazo, y aumentar la actividad del cerebro reptil, que maneja el instinto de autopreservación pero a corto plazo, y que carece de discernimiento reflexivo. El miedo es un mal consejero, por lo que el poder busca amplificarlo en la población, que se encuentra entonces como un ratón en un laberinto, caminando asustada y angustiada según se van abriendo o cerrando las puertas frente a él. En Francia, desde enero, todas las soluciones racionales a la crisis han sido ignoradas o metódicamente descartadas por el gobierno, para orientarnos hacia una única salida: la vacunación masiva más la vigilancia electrónica. Es cierto que desde mediados de abril se ha empezado a sentir una inflexión a favor de varios tratamientos baratos, en particular los que utilizan la cloroquina, pero fue una batalla para imponerla y todavía no se ha ganado nada, ya que el grupo de presión a favor de la vacuna y la vigilancia electrónica todavía tiene muchas cartas por jugar. Para fabricar el consentimiento a estas soluciones irracionales, el miedo y el estrés son palancas (desencadenantes) muy eficaces. La situación desde enero guarda un asombroso parecido con una estrategia de gestión del cambio e ingeniería social conocida como la del “bombero pirómano”, o secuencia problema-reacción-solución: el gestor del sistema crea un problema en el sistema, o deja que ocurra, para provocar una reacción de estrés y una demanda de solución, que será llevada a cabo por el propio gestor. En el mundo del desarrollo informático, es un secreto a voces que los virus y sus antivirus son diseñados por las mismas unidades de investigación. La “amenaza pandémica” es un dispositivo de control social que también se asemeja mucho a la “amenaza terrorista”, una amenaza semivirtual amplificada por la histeria mediática, con un enemigo invisible que puede atacar en cualquier lugar y en cualquier momento. Tras los atentados terroristas en Francia, se declaró el plan Vigipirate pero nunca se va a declarar su abolición; esto no quita que el Ministerio de Justicia anunció que se va liberar a 150 yihadistas en 2020 y 2021. (11) De la misma manera, las autoridades tratarán de perpetuar el confinamiento de una manera u otra, o al menos de perpetuar la filosofía paranoica y el estado de ánimo atemorizado resultante de la crisis, aun cuando son ellas las que controlan los parámetros de la misma.
El 7 de marzo, Emmanuel y Brigitte Macron fueron al teatro para mostrar que todo está bien y que todo el mundo podía salir de la casa. El 16 de marzo, Emmanuel Macron nos ordenó que nos quedáramos en casa y declaró en tono marcial que “¡estamos en guerra! “Esto contrasta fuertemente con su propio comportamiento pero también con los “gestos barrera” que se decretaron para protegernos. Una guerra que puedo librar simplemente con lavarme las manos y tosiendo en mi codo nos recuerda mucho la fórmula de Poncio Pilato: “me lavo las manos” (que sigue significando: no voy a pelear por la verdad). En este caso, estamos presenciando una verdadera puesta en escena del miedo apoyada por una intensa propaganda las 24 horas del día. No tiene que haber un peligro real, la representación del peligro es suficiente. Estamos entrando en el tema de la guerra psicológica, que es un componente de esta guerra híbrida total contra los pueblos y que se basa tanto en lo real como en lo irreal. Esta campaña de pánico organizada y orquestada es de hecho una vasta operación psicológica (psyop). Los servicios secretos británicos y estadounidenses y sus laboratorios de investigación asociados, como el Instituto Tavistock, han reflexionado mucho sobre el papel del trauma en el cambio psicológico y social. William Sargant, un psiquiatra militar que trabajó en el proyecto MK-Ultra de la CIA, publicó un libro en 1957 titulado Battle for the Mind (“Batalla por la mente”) en el que exploraba el papel de las perturbaciones mentales en la formación de creencias y convicciones. El capítulo VII se titula “El lavado de cerebro en la religión y la política” y comienza como sigue:
“Las pruebas reunidas en los capítulos V y VI muestran cómo pueden implantarse diferentes tipos de creencias en muchas personas una vez que la función cerebral se haya visto suficientemente perturbada por miedos, ira o excitación accidentales o inducidos deliberadamente. Entre los resultados de esos trastornos, los más comunes son el deterioro temporal del juicio y el aumento de la sugestionabilidad. Sus diversas manifestaciones colectivas se clasifican a veces bajo el epígrafe de “instinto de manada” y aparecen de manera más dramática en tiempos de guerra, durante epidemias graves y todos los períodos similares de peligro común, aumentando la ansiedad y, por tanto, la sugestionabilidad individual y colectiva. » (12)
Strategika – ¿Cómo ve la evolución de la pandemia y sus consecuencias políticas y sociales en las próximas semanas?
Si este virus es un virus normal, es decir, si apareció de forma natural, por selección natural, debería debilitarse, o incluso desaparecer, con el verano y la inmunidad de grupo, que tenderá a aumentar a pesar de la cuarentena. El principal obstáculo para esta resolución natural de la crisis viene del hecho de que está claramente instrumentalizada políticamente para hacer avanzar el proyecto de gobierno mundial bajo vigilancia electrónica, y por esta razón, la crisis corre el peligro de ser prolongada artificialmente. Nos dirán que el virus ha mutado o que hay un nuevo virus, y así sucesivamente. Varios científicos, entre ellos un ganador del Premio Nobel de Medicina, el profesor Luc Montagnier, han señalado que este virus contenía secuencias de VIH y que era necesariamente una creación humana, probablemente escapada por accidente del laboratorio P4 en Wuhan, China. Muchos países están trabajando en la creación de armas biológicas, posiblemente acompañadas de vacunas, y utilizadas para matar o esterilizar. La historia recordará el nombre de Wouter Basson, el médico sudafricano encargado del programa militar de guerra bacteriológica del régimen del apartheid (Project Coast), y el Instituto Sudafricano de Investigación Marítima (SAIMR) mencionado en el documental Cold Case Hammarskjöld, que trabajaba en vacunas para esterilizar o inocular a ciertas categorías de la población una enfermedad. (13) Obviamente, Sudáfrica no fue el único país que se interesó por esta línea de investigación, y las poblaciones que están en la mirilla pueden variar. Wouter Basson viajó extensamente para compartir su experiencia en el bioterrorismo estatal:
“El ‘espía trotamundo’ se enorgullecía de cooperar con Saddam Hussein. Afirmó que tenía crédito ilimitado para adquirir equipos “de la mafia de las armas químicas” en Libia o Europa Oriental. También hay registros de numerosos intercambios con Israel o Alemania Occidental. El mismo Basson admitió “haber negociado varias cosas con el ejército belga”. Los servicios secretos suizos lo recibieron con los brazos abiertos. » (14)
Además, es más que probable que el control social y las medidas de vigilancia no cesen después de la crisis y se hagan permanentes, como teme Edward Snowden, lo que significa que estaremos en libertad condicional permanente. Tenemos que hablar de la bioenergía, un concepto trabajado por Michel Foucault y Giorgio Agamben. En el pasado, el poder político y las ciencias de la vida eran dos campos distintos y compartimentados, hoy se fusionan en el biopoder, con el transhumanismo en el horizonte. El biopoder estudia ciertas disciplinas como la sociobiología y la etología para tomar el control total de nuestro cuerpo en sus dos dimensiones, la interna y la metabólica, pero también en la dimensión externa, es decir, nuestra manera de ocupar el espacio, nuestros movimientos, nuestras idas y venidas, nuestras acciones y gestos. Gracias a esta crisis sanitaria, el biopoder es capaz de imponernos nuevas reglas de proxémica, es decir, puede determinar qué distancia imponer entre yo y los demás, y entre yo y el mundo. El biopoder quiere un confinamiento definitivo, el Gran Confinamiento. Por medio de esta crisis seudo-sanitaria, nos está tratando de meter en una amplia prisión al aire libre, una jaula física y digital. El sistema de prisión panóptica estudiado por Michel Foucault en Surveiller et punir (“Vigilar y castigar”) es el modelo que se está aplicando en la actualidad: individuos físicamente aislados del mundo – el principio de confinamiento – y aislados unos de otros – el principio de distanciamiento social – pero cada uno bajo la mirada del poder y su tecnología de vigilancia. El encierro y el distanciamiento social son los dos conceptos clave para una completa reestructuración del vínculo social de forma completamente paranoica, basada en el miedo y la desconfianza general, ya que se me está enseñando que puedo morir por haberme topado con alguien en la calle, y por culpa mía, porque soy potencialmente culpable de transmitir el virus. Estamos avanzando lentamente hacia la prohibición de dar la mano, un gesto universal e inmemorial que significa confianza.
Habría pues que desconfiar de toda persona en la calle, así como de uno mismo, pero por otro lado está prohibido desconfiar del poder, incluso es obligatorio confiar en él, así como en su palabra, aunque acumule contradicciones y mentiras descaradas. Todo escepticismo lleva a que se le acuse a uno de “conspiracionismo” o “teoría de la conspiración”, algo que pronto será penalizado. Estamos en el corazón de la ingeniería social, la sigilosa reescritura de las relaciones de confianza/desconfianza/indiferencia para reescribir la percepción de los demás y la estructura del vínculo social. El biopoder requiere una desconfianza general en las estructuras horizontales de la sociedad pero una confianza ciega en ella, al nivel vertical. Debemos amar a Big Brother, al “Gran Hermano”. La naturaleza humana está siendo cambiada bajo el pretexto de una crisis inflada en gran medida por la burbuja mediática virtual, es decir, una amplia dramaturgia a la que estamos ciegamente convocados a adherirnos a pesar de sus obvias inconsistencias, según el principio del “doble pensamiento” orwelliano explayado en la novela 1984. Estas nuevas normas mentales y de comportamiento deben ser internalizadas de una vez por todas, ya que nos están machacando que “nada volverá a ser como antes”. Son el producto de la experimentación “in vivo” con conejillos de indias humanos con el objetivo de una nueva racionalización científica del vínculo social. Estamos asistiendo a una desestabilización de los ritmos biológicos y de las constantes antropológicas elementales, así como de la inteligencia colectiva orgánica, intuitiva y espontánea de la especie, con el fin de reescribirlos según otras reglas, las de Bill Gates y el Nuevo Orden Mundial del francés Jacques Attali anunciado por George H.W. Bush el 11 de septiembre de 1990 para celebrar el fin del comunismo.
La bioenergía juega con nuestros nervios y nuestra salud. La vitalidad física y emocional se ve fuertemente afectada por esta crisis medio imaginaria, de la que han surgido las medidas de confinamiento, es decir, de encarcelamiento masivo, unas medidas que son muy reales. Los analistas de inteligencia que estudian las reacciones del público pueden poner a prueba en directo, en vivo, sus modelos inspirados en la criminología y en la justicia predictiva, modelos que se asientan en el establecimiento de una continuidad entre libertad y prisión, para que no haya diferencias entre ambas. La psicosis nace de una indistinción general, la fusión de todo, la incapacidad de distinguir entre el interior y el exterior. El confinamiento para todos es algo psicótico al abolir la distinción entre el interior y el exterior en dos niveles: suprime la distinción entre la enfermedad y la salud en un estado general de enfermedad; suprime la distinción entre el adentro y el afuera de la prisión en un régimen penitenciario común y un estado general de arresto domiciliario. Las paredes de nuestro apartamento se han convertido en las paredes de nuestra prisión. El universo penitenciario, incluyendo el campo de concentración, sale de su categoría de relegamiento y se extiende a toda la sociedad, y deja de ser metafórico. Así pues, por una parte, los ciudadanos normales se ven encarcelados en sus casas y se arriesgan a represalias judiciales si salen demasiado lejos o van más allá de la hora legal, como si se estuvieran escapando; por otra parte, con el pretexto de evitar la epidemia en las prisiones, miles de presos son sacados de sus celdas y enviados a casa, en condiciones de semilibertad apenas diferentes de las de sus vecinos, libres en teoría, pero de hecho constreñidos y supervisados en las mismas proporciones.(15) En esta etapa, se hace difícil distinguir entre los dos estados de “prisión” y “libertad” porque se encuentran fusionados. No hay necesidad de un brazalete electrónico, todos estamos atados por una correa mental. En Francia, tenemos derecho a salir, pero con un documento que debemos rellenar nosotros mismos para justificar como algo excepcional cada salida; pues ahora lo que se considera normal es estar encerrados.
Strategika – ¿Hay una solución política para la situación que acaba de describir? y ¿qué forma podría adoptar en su opinión?
La única solución política es el retorno a los egoísmos nacionales. Afortunadamente, la humanidad aún no puede unificarse. No todos los países están reaccionando de la misma manera, sigue habiendo diversidad y heterogeneidad, y las enseñanzas que se pueden extraer de esta crisis también varían de un país a otro. Eperemos que el impacto en la opinión pública haga reflexionar al mayor número posible de personas acerca de la naturaleza dañina de estas ideas en torno a un gobierno mundial; esto permitiría iniciar un movimiento de des-mundialización y re-localización. Con esta crisis mundial, tenemos la prueba definitiva de lo peligroso que sería un sistema mundial totalmente unificado y abierto, donde el contagio de los problemas no conoce límites, ni obstáculos, ni fronteras nacionales, y puede extenderse a gran velocidad sin resistencia. Cuando no hay paredes en una casa, el fuego se propaga más rápidamente. Por lo tanto, debemos poner fin a la connotación hasta ahora positiva asociada a la noción de apertura, y pasar de una apología sistemática de la sociedad abierta a un “elogio de las fronteras”, como escribió Régis Debray. En resumen, la consigna del gobierno “¡Quédese en casa! “debe retomarse a nuestra escala nacional y convertirse en un eslogan localista y antiglobalista para luchar con humor contra los dos pilares de la hubris liberal que son el mercado global y la inmigración sin límites. También espero que la actual demostración de la omnipotencia coercitiva del Estado, capaz de secuestrar a millones de personas en sus casas con el pretexto de una amenaza muy cuestionable, sirva de pedagogía para todos aquellos que pensaron que podían escapar del Gran Hermano y que se encuentran confinados como todos los demás. En cuanto al poder del Estado, estamos supeditados a él, o lo controlamos, pero nunca nos salvamos de él. Por lo tanto, hay que controlarlo para no verse aherrojado por él. El poder es la capacidad de ser obedecido por las fuerzas de la ley y el orden. Sabemos que estamos en el poder cuando las fuerzas de la ley y el orden nos obedecen. Cuando no se dispone de los medios necesarios para la revolución o el golpe de Estado, para lograr este resultado – dirigir las fuerzas del orden – hay que pasar por organizaciones políticas de masas, capaces de retomar el control del Estado, es decir, organizaciones que participan en el juego de las instituciones y los medios de comunicación. La metapolítica militante y disidente obviamente no es inútil, es un contrapoder que prepara las mentes y trabaja sobre la opinión pública, pero es simplemente impotente por sí misma, como podemos ver claramente en este momento, la metapolítica no es la que dicta sus órdenes a las fuerzas del orden.
Strategika – ¿Cómo vincula la crisis actual con su campo de especialización e investigación?
En 2010, en mi libro Gobernar por el caos, describí la situación actual en sus líneas generales, es decir, cómo ciertas fuerzas trataban de implementar un totalitarismo digital a escala mundial mediante una estrategia de choque que podría ser una epidemia. Llevo diez años hablando exclusivamente de esto, directa o indirectamente. La crisis del coronavirus presenta un caso práctico de ingeniería social y constructivismo de las percepciones, lo que suelo llamar “construcción de la realidad”. Propongo las siguientes definiciones: “La ingeniería social es la transformación sigilosa de un sujeto social, individuo o grupo. “De acuerdo con esta definición, la ingeniería social es más que una manipulación o una operación de propaganda, que sigue siendo reversible. La ingeniería social busca transformar la naturaleza de cada cual de manera irreversible, pero también de manera furtiva y subliminal. Se trata de piratear tu mente para que adoptes sin darte cuenta un cambio definitivo. Ahora, la definición de la construcción de la realidad: “Construcción de la realidad a través de la palabra, basada en el principio de la hipnosis, es decir, que el discurso del hipnotizador se convierte en la realidad de la persona hipnotizada. “¿Cómo puede la palabra de alguien convertirse en la realidad de otro? Una palabra, es decir, un relato a base de simples palabras, puede convertirse en realidad para tí tan pronto como crees en ella, es decir, tan pronto como confíes en estas palabras, sin importar que correspondan a una realidad material objetiva o no.
Para entender lo que estamos experimentando, tenemos que ir y venir constantemente entre la realidad y la ficción, lo presente y lo potencial, porque están los dos campos en interacción permanente en el cerebro humano. Encontramos la misma estructura que con la “amenaza terrorista”: una mezcla de realidad y ficción, combinada con dos estratagemas clásicos: el del bombero pirómano y el triángulo de Karpman. Sobre la mezcla de realidad y ficción, subrayada en su último libro por el profesor Didier Raoult – que es el discípulo ocasional de Jean Baudrillard: los partidarios del “sólo lo real” están equivocados, los partidarios del “todo es ficticio” están equivocados. Ejemplo: la “versión oficial” de la crisis del coronavirus es una falsificación, pero esto no quita que la enfermedad existe; de la misma manera, aun cuando la “versión oficial” sobre los ataques terroristas sea falsa, los ataques sí tienen lugar. Los eventos ocurren, y es la narrativa explicativa la que es falsa, no los eventos en sí mismos. También puede suceder que los hechos sean totalmente falsos, y no sólo la narración por parte del poder, su relato. La realidad está entonces completamente absorbida en una representación, lo que algunos llaman la era post-verdadera y post-factual. Pero la mayoría de las veces, todavía hay trozos de realidad en la ficción, aunque sólo sea para hacer más creíble la ficción en general. Este es el principio de la propaganda gris, que mezcla elementos verdaderos y falsos, para transmitir mejor las falsificaciones. Los lectores de Philip K. Dick también están familiarizados con esta dialéctica de lo real y lo virtual que gira en torno al famoso tema de ciencia ficción de “el cerebro en el tanque” y que plantea la pregunta solipsista “¿Existe el mundo fuera de la representación presente en mi cerebro? “Mi tesis de maestría en filosofía en 1995 trató de las relaciones entre lo real y lo imaginario, y el paso gradual e insensible de uno a otro, con todas las posibles derivaciones patológicas que constituyen el corazón de la condición humana, a diferencia de otras especies vivas, que están mucho más en lo puramente “real”. Pues el cerebro humano no distingue espontáneamente entre lo real y lo virtual, lo que explica por qué podemos experimentar emociones reales y echarnos a llorar o reír mientras vemos una película de ficción. Otro fenómeno interesante que han experimentado todos los jugadores de tenis es que puedes mejorar tu técnica de juego viendo los partidos en la televisión. Todos estos mecanismos neuromotores se basan en la función mimética de la mente humana y en las neuronas espejo que nos dotan de una gran capacidad de aprendizaje epigenético, es decir, postnatal y por imitación de otros miembros de la sociedad. Esto también explica por qué el coronavirus no necesita existir realmente para existir mentalmente y producir efectos en la realidad porque se cree que existe. Otro ejemplo es el mecanismo del efecto placebo y el papel del pensamiento en los fenómenos psicosomáticos, bien conocido por las investigaciones clínicas y sus pruebas doble ciego, cuando ni el médico ni el paciente saben si el medicamento prescrito contiene el ingrediente activo o no. Este circuito de retroalimentación entre la realidad y su representación es fascinante.
El análisis de la crisis actual también revela la aplicación combinada de dos técnicas de ingeniería social: 1) el bombero incendiario, que se basa en la trilogía problema-reacción-solución ya mencionada; 2) el triángulo de Karpman, es decir, el juego de roles verdugo/víctima/ salvador, que permite jugar con relaciones de confianza, desconfianza e indiferencia y modificarlas para estructurar y formar la opinión pública. En ingeniería social, la fase de phishing se basa en el robo de identidad y el abuso de confianza. Se trata de una suplantación de identidad, o de ganarse la confianza de los demás, haciéndose pasar por una identidad inofensiva, es decir, fingiendo ser una víctima o un salvador. Ejemplo: el poder provoca crisis, o permite que la crisis se instale. En la vida real, el poder ocupa, por lo tanto, el lugar del incendiario, y por lo tanto del verdugo. Pero luegp, una vez instalada la crisis, el poder se presenta como el salvador, que nos salvará de la crisis que él mismo ha instalado sigilosamente, como un bombero que apaga el fuego después de haberlo encendido discretamente.
Por lo tanto, el bombero pirómano crea un problema -o deja que ocurra, o hace lo posible para que ocurra- después espera la reacción de pánico de la población, para luego ofrecer su solución llena de compasión por las víctimas. Esta solución no es necesariamente la mejor a largo plazo, pero le interesa a él a corto plazo. Por ejemplo, Bill Gates y sus amigos mundialistas no nos van a hablar de todas las alternativas a las vacunas, ni tampoco van a hablar de mantener la distancia adecuada entre las naciones para evitar el contagio internacional del virus. No, por nada en el mundo, porque estas son las soluciones correctas a largo plazo. Con el pretexto de esta crisis, los mundialistas pretenden imponer una vacunación masiva obligatoria y una vigilancia electrónica cada vez más íntima, con la retirada del dinero físico, al que se acusa de transmitir el virus, sustituido por el pago electrónico sin contacto, y, en última instancia, la introducción de componentes electrónicos en el cuerpo, capaces de llevar la información que permita la trazabilidad y la identificación digital de los individuos, como ya se practica con el ganado y los animales domésticos. Esto posiblemente no se hará por medio del clásico chip RFID del tamaño de un grano de arroz, que ya está tecnológicamente anticuado, sino en forma de objetos aún más pequeños y tatuajes con puntos cuánticos. Este enfoque verdaderamente cibernético, que no distingue entre los seres vivos y los objetos inanimados, todos descritos como “sistemas”, convertirá a los seres humanos en objetos conectados. En el plano internacional, este programa para la identificación digital de cada persona cuenta con el apoyo de Bill Gates y lleva un nombre: ID2020. En Francia, el desarrollo de la identidad digital lo sostienen abiertamente ciertas personas desde 2004, mediante diversos estratagemas reconocidos en el Libro Azul de GIXEL – Groupement professionnel des industries de composants systèmes électroniques (esta agrupación se convirtió en ACSIEL en 2013). (16)
No hay que olvidar tampoco que esta crisis se teje sobre el telón de fondo de una lucha a brazo partido entre China y los Estados Unidos por la supremacía mundial en informática. De hecho, el gobierno chino quiere equipar todo el parque informático chino con un sistema operativo hecho en China, y abandonar Windows, desarrollado por la Microsoft de Bill Gates. El equilibrio de poder es radical: si China logra deshacerse de Microsoft, dada la capacidad de entrenamiento global de China, muere Microsoft. Así también la NSA y su sistema Echelon, es decir, el estado profundo y el complejo militar-industrial anglosajón, cuya unidad se encuentra formalizada por el Acuerdo UKUSA, más conocido como los “Cinco Ojos” (que designa la alianza de los servicios de inteligencia del Reino Unido, los EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda), ya no podrá espiar tranquilamente a toda la Tierra con los backdoors (puertas traseras) de Windows, como es el caso hoy en día. Esta guerra a muerte por la supremacía informática mundial entre China y el mundo anglosajón se ha venido gestando desde al menos 2014, pero explotó en 2019. Dicho esto, China no nos salvará de la pesadilla cibernética. Los múltiples intentos de las potencias extranjeras por desestabilizar este país desde los acontecimientos de la Plaza de Tiananmen, a través del Tíbet, los uigures y Hong Kong, han impulsado al gobierno chino a desarrollar una vigilancia electrónica masiva, en particular con su sistema de crédito social con reconocimiento facial, que no tiene nada que envidiar a los proyectos occidentales en este ámbito e incluso se les adelanta.
El confinamiento y el distanciamiento social son los conceptos clave del nuevo paradigma internacional que está tratando de tomar forma: individuos físicamente aislados y que sólo podrían comunicarse a través de pantallas, por lo tanto bajo el ojo de Big Brother. La tecnología de la información debe enmarcar totalmente nuestras vidas, convertirse en algo envolvente y omnipresente, un paso necesario, una mediación necesaria en nuestra relación con el mundo, con los demás y con nosotros mismos. Hay una inversión entre contenedor y contenido: normalmente, la realidad real contiene la realidad virtual, pero estamos deslizándonos gradualmente hacia un mundo en el que es la realidad virtual la que contendrá la real. El objetivo final es la destrucción de la realidad física, que siempre es incontrolable, reemplazada por una realidad digital perfectamente controlada. La sustitución del mundo real por un mundo virtual sólo es posible por etapas. Para empezar, la naturaleza debe volverse defectuosa e inquietante, llena de virus muy desagradables, si queremos fabricar el consentimiento de los pueblos al Gran Confinamiento, es decir a la psicosis higiénica y a la artificialización digital total, que luego se convertirán en refugios y soluciones de seguridad.
La pareja de confinamiento/aislamiento social nos aleja del mundo y de los demás, y nos priva de una relación natural e inmediata con el mundo. Para la bioenergía, toda la vida debe llevarse sin contacto, no sólo los pagos con la tarjeta electrónica. Las observaciones de Walter Lippmann sobre la construcción de la opinión pública por los medios de comunicación son más actuales que nunca: para que los medios de comunicación controlen perfectamente la opinión pública y el cerebro colectivo, debe existir una barrera entre el público y los hechos, el público no debe poder ver la materialidad de los hechos, y por lo tanto la realidad de los mismos, y hay que obligar al público a confiar en la narrativa de los medios de comunicación porque no le quedará más remedio. El biopoder busca controlar el surtidor de la información, porque esto le da control sobre el flujo de contenido que ocupará el tiempo disponible del cerebro de cada cual. Cuando ya no hay una fuente directa de información, cuando la información es totalmente indirecta, pasada por el filtro de un intermediario, de un medio de comunicación, entonces este intermediario mediático puede construir la realidad, porque la realidad se reabsorbe totalmente en la representación de la cual tiene el monopolio. La palabra del hipnotizador se convierte en la realidad del hipnotizado. Para protegerse contra este riesgo, uno debe primero hacerse impermeable, o al menos crítico, ante la palabra político-mediática, dejar de interiorizarla, dejar de creer en ella, dejar de confiar en ella, al menos incondicionalmente, y sobre todo uno debe ser capaz de salir de su casa para ir a ver los hechos por sí mismo.
Pequeño problema de ingeniería social: cómo ser lo suficientemente numerosos en la calle, en las redes sociales, y en todas partes, para decir “¡Basta de confinamientos! y “¡No a las vacunas!” “… para que el mecanismo represivo sea inoperante? ¿Cómo podemos alcanzar el punto de inflexión, el umbral crítico para imponer un nuevo estándar en la mente de las personas, incluso en la de la policía? Lo que ocurrió en Berlín el 11 de abril, cuando la gente común y corriente organizó una manifestación para hacer frente al encierro, fue como una retoma, una actualización, del 9 de noviembre de 1989, cuando los berlineses atacaron el muro, sin que intervinieran las fuerzas del orden, porque habían sido desarmados psicológicamente por el establecimiento de una nueva normalidad, es decir, una nueva legitimidad, una nueva legalidad, una mayoría novedosa, un fenómeno psicológico llamado vuelta al revés, “turnaround” o “spin” en inglés, cercano a la noción de “conversión”. Véase también el astroturfing, que consiste en crear un consenso mayoritario sobre una idea o solución, cercando cognitivamente al enemigo con el fin de marginar y superar las soluciones que él propone, que en este caso son el confinamiento masivo, la vacunación masiva y la vigilancia electrónica masiva. La atención debe centrarse siempre en los grandes números y la cantidad. El giro de las masas, la conversión de las masas, especialmente de las fuerzas del orden, precede y acompaña siempre a todos los mecanismos revolucionarios. Nuestro trabajo debe ser convertir a la mayor cantidad de gente posible a nuestro alrededor, mediante una contaminación memética masiva, porque sólo el número nos protege, que es la ilustración del lema: “Cuando no se tienen los millones, hay que ser millones”. “El problema por superar es que las medidas del gobierno, que ocupa el lugar del salvador, todavía tiene connotaciones positivas en la opinión pública. Así pues, convirtámonos en spin-doctors (asesores en comunicación) dediquémonos a una contra-labor práctica en ingeniería social, hagamos girar la opinión pública sobre estos temas atribuyendo una connotación negativa, la del verdugo, a la fórmula de confinamiento/vacuna/vigilancia electrónica y a los que la promueven.
¿Cómo hacerlo? Recordando incansablemente las muy modestas cifras de mortalidad de este virus. Recordemos que el confinamiento masivo retrasa la adquisición de la inmunidad masiva y, por lo tanto, causará tantas muertes, si no más, que el confinamiento de los enfermos por sí solo. Comunicarse en enjambres sobre alternativas a la trilogía confinamiento – vacunación – vigilancia electrónica, para que el mensaje contamine todo el cuerpo social y termine impactando en la cima de la estructura de poder. Ya hay resultados positivos, ya que han comenzado a aparecer alternativas a las vacunas en la opinión pública y consiguen abrirse camino en el discurso político y mediático; pero esto no es suficiente, no debemos cejar en la presión y debemos seguir exigiendo el acceso a todos los tratamientos que permiten prescindir de la vacunación, y no sólo al del profesor Raoult.
Por último, un consejo para cultivar el optimismo y así fortalecer nuestro sistema inmunológico. El “pensamiento positivo”, que antes se llamaba autosugestión, tiene un efecto psicosomático muy real en el cuerpo. Frente a la enfermedad, debemos adoptar una buena actitud que fortalezca nuestro sistema inmunológico, desarrollando un sentimiento de invencibilidad. Cualquiera que tenga miedo de contraer el coronavirus puede considerar que ya lo ha tenido, pero de forma asintomática, y que ha salido victorioso y ahora es inmune. Y así, para parodiar a Mao, de victoria en victoria, hasta la victoria final! (17)
Lucien Cerise, 21 abril 2020
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Traducción : María Poumier
Fuente original: Strategika
Fuente original en espanol: Red Internacional
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NOTAS
(1) Acta del Consejo de Ministros del 24 de enero de 2020, intervención de Agnès Buzyn sobre el coronavirus entre las 12.20 y las 18.30.
2) “Coronavirus: ¿Subestimó Agnès Buzyn el riesgo de propagación en Francia? »
(3) “Número diario de muertes por departamento”.
(4) “Olivier Véran: “Es la contención lo que hace que el virus circule” ”
(5) “Si el virus A H1N1 muta…” o la estafa global…”
6) “Las empresas americanas que se benefician de la crisis del coronavirus”
7) “¿Qué cambios tendremos que hacer en la forma de operar de las empresas para mantener nuestra economía y al mismo tiempo instaurar el distanciamiento social? La cuestión de qué negocios deben seguir adelante es difícil. Ciertamente el suministro de alimentos y el sistema de salud. Todavía necesitamos agua, electricidad e Internet. Es necesario mantener las cadenas de suministro de las cosas críticas. Los países todavía están pensando en qué seguir corriendo. Eventualmente tendremos algunos certificados digitales para mostrar quién se ha recuperado o ha sido examinado recientemente o cuando tenemos una vacuna que ha recibido. (…) ¿Cuál es la estrategia a largo plazo para luchar contra esta pandemia y cree que nos preparará adecuadamente para la siguiente? [Bill Gates:] Creo que después de que esto esté bajo control, los gobiernos y otros invertirán mucho en estar preparados para el próximo. Para ello será necesaria la cooperación mundial, en particular para ayudar a los países en desarrollo, que serán los más perjudicados. Un buen ejemplo es la necesidad de probar la terapéutica dondequiera que esté la enfermedad para ayudar a todo el mundo. El virus no respeta las fronteras nacionales. »
(8 ) “Unijne kraje chronią bezpieczeństwo obywateli. Niemcom wolno, Polskę Bruksela chce karać ”
(9) “Attali: “Estamos aquí para arreglar el mundo”.
10) “Buzyn o la ambición de un plan”.
(11) “Nicole Belloubet anuncia la liberación de 43 yihadistas en 2020”.
(12) William Sargant, La Batalla por la Mente, Pelican Books, 1957, página 131.
(13) “Muerte sospechosa del Secretario General de las Naciones Unidas descifrada en un documental”
(14) “Wouter Basson, la obsesión por esterilizar a los negros”.
(15) “Un mes después de la liberación anticipada de 10.000 prisioneros por Nicole Belloubet: ya, las primeras delitos recurrentes”.
(16) “El Libro Azul de Gixel, los BBA republican la versión original (y no censurada)”.
(17) El autor había anunciado anteriormente la gestación de una epidemia mundial, para aterrar a la población; ahora también presiente y anuncia el próximo trauma mundial que nos está cocinando la ingeniería social (la que en estos momentos tiene el poder informático global). Ver http://rebellion-sre.fr/conversando-con-lucien-cerise-frente-al-biopoder-no-tenemos-el-capital-economico-pero-si-tenemos-el-capital-humano/ (ndt)
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